LIBERTAD O IMPOSICION ACADEMICA
Por Guillermo H. Zúñiga Martínez
Por Guillermo H. Zúñiga Martínez
He venido insistiendo en la necesidad de sistematizar y coordinar trabajos propensos a hacer realidad el que los ciudadanos -hombres y mujeres- puedan valerse por sí mismos para descubrir y alcanzar el conocimiento. En esta misma línea deseo aclarar que no se trata tan sólo de enseñarlos a leer, escribir y comprender los contenidos o realizar actividades en un marco teórico que pueda conducirlos hacia la demostración de su aprendizaje. A través del autodidactismo creativo pueden llegar a dominar actividades técnicas, científicas, artísticas, artesanales, deportivas, etc., esto significa que es dable encontrar, con base en el esfuerzo individual, la seguridad que debe sentirse en todas y cada una de las manifestaciones humanas.
Hasta ahora han sido aislados los comentarios, ejercicios y aportaciones teóricos y prácticos en torno a este tema y quien se ha decidido a incursionar sobre aspectos trascendentales de la capacidad humana es el maestro Ramón Aceves Serrano, autor del libro “Formación para Superarse como los Genios”, editado el año pasado. El investigador señala que su propósito es el de poner al alcance de todos un secreto de avance y hace referencia a su esfuerzo por recopilar los conocimientos, organizarlos e integrarlos dentro de un procedimiento denominado “Método de Superación Propuesto”.
Es interesante la obra, por cierto lanzada a la luz en forma independiente, porque la finalidad de Aceves Serrano consiste en acercar a los interesados un diseño sobre la técnica para guiar y formar a los estudiantes con el fin de que puedan alcanzar las metas que se propongan, sean cuales sean, siempre respetando la libertad de pensamiento de los involucrados. Llama la atención que el jalisciense que hoy me ocupa, no cita como referencia a un precursor de esos estudios, como lo fue nuestro amigo el alvaradeño René Gastón Hernández Santiago.
El autor confiesa en una entrevista pública que, durante su infancia, sufrió altibajos que le afectaron en el aprendizaje, y la razón básica que encuentra fue la situación económica de su familia, porque eran muy humildes y carecían de muchos satisfactores, lo que le impidió crecer, según él, de manera armónica y desarrollar sus capacidades en plenitud; fue hasta la edad de 18 años cuando descubrió que podía aprender física y mentalmente todo lo que se propusiera; esto es lo que a mí me llamó la atención porque nos está diciendo que cuando el ser humano se propone aprender cualquier actividad de carácter cultural, técnica o científica, lo cristaliza siempre y cuando esté de por medio una gran voluntad para lograrlo y localizar los medios que le posibiliten transitar hacia la consecución de los fines que persigue.
Uno de los motivos que lo llevaron a escribir el texto citado fue que cualquier ser humano pueda hurgar en sus páginas las técnicas que le propicien apoderarse del conocimiento por sí mismo. Textualmente ha señalado Aceves Serrano que: “Tuve la idea de realizar este libro, para colaborar al desarrollo de la educación; considero que la formación de las personas se realiza en su mayoría en la niñez, donde los conocimientos que sean otorgados por los padres sean una colaboración en el desarrollo de una personalidad de calidad”.
Como usted y yo sabemos, no existen verdades absolutas, porque la historia registra nombres de muchos seres humanos que nacieron en medio de la pobreza y que tocaron la miseria misma experimentando sed, hambre y a veces frío, y no obstante, cuando se avivaron y reencontraron su camino intelectual, artístico o deportivo, pudieron sobresalir gracias a su esfuerzo individual. El mismo Ramón Aceves afirma que tuvo que buscar biografías de genios como Julio Verne, Marie Curie, Mozart, Helen Keller, entre otros, para analizarlas y organizar los factores que les permitieron desarrollarse como genios para luego aportar sus inmensos bagajes culturales en beneficio de la humanidad.
En lo personal comparto con Ramón Aceves que la idea es formar personas de éxito, pero en lo que a ellas les guste, en lo que deseen hacer, porque no es correcto ni pedagógicamente aceptable que a los educandos se les impongan tareas, actividades y materias que no llenan sus expectativas, por lo que las tendencias nuevas de la ciencia de la educación deberían dirigirse con pasos firmes hacia una diferenciación de las actividades educativas a favor de los estudiantes con base en sus inclinaciones, actitudes y gustos por el saber, porque lo más sencillo es elaborar desde los gabinetes planes y programas de estudio pero lo que menos se hace es preguntar a los sujetos de la educación qué les gustaría aprender y qué quieren ser en la vida.
Éste es un reto para la inteligencia humana y para los organizadores del sistema educativo nacional, que bien valdría la pena abrazarlo con deseos de hacer historia y orientar a las nuevas generaciones con base en sus propios afanes.
zmgh12@gmail.com