EL CELULAR Y LOS POSTGRADOS

Por Guillermo H. Zúñiga Martínez

La revolución que representa el uso de las nuevas tecnologías es cada día más sorprendente; ahora resulta que la Universidad del Salvador, ubicada en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe,  Argentina, está ofreciendo un postgrado en educación que podrá cursarse a través de teléfono celular. La idea es atractiva, inteligente, pero sinceramente despierta dudas en cuanto a la calidad porque, por lo general, un postgrado debe basarse en el esfuerzo individual de cada uno de los aprendientes, quienes están obligados a sistematizar el estudio con base en su autonomía y autorresponsabilidad; además, dialogar con un tutor o maestro por celular creo que va a significar elevado costo, así como ineficacia en cuanto a la asimilación de  conocimientos.

Estaría de acuerdo -porque de hecho sucede-, en que el teléfono celular se utilice para consultas rápidas, despejar dudas, hacer cuestionamientos, preguntar por bibliografía, por términos o contenidos que merezcan explicación pero de ahí a basar el estudio de un postgrado  a través del ordenador móvil, francamente se me hace ligero y muy cuestionable porque ya que hablamos de know-how,  el curso que está anunciando la universidad patagónica pudiera diseñarse para Ipad, que tiene aplicación más útil en cuanto a la transmisión de enseñanzas  porque si bien es cierto que el invento de Steve Jobs tiene semejanzas con un Ipod, creo que aquella es más cómoda  para efectos de estudio y consulta.

El fondo del problema, a mi manera de ver, estriba en que no es posible realizar con seriedad un nivel superior superficialmente porque eso de andar estudiando mientras se camina por las calles, en las antesalas, en la utilización de tiempos muertos, o en la sobremesa, etc., no da los resultados que se buscan en cuanto a la preparación de los educandos. En el estudio es muy importante la disciplina en lecturas, la utilización de libros y dedicar suficientes horas a investigar, escribir y recrear el conocimiento.

Me llaman la atención los puntos de vista que sostienen José Romero y María Teresa Lugo, del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de la Unesco, cuando expresan que: ¨Hoy en día los celulares son como pequeñas computadoras que se pueden llevar en el bolsillo además de portátiles, tienen conectividad¨.

Estoy totalmente de acuerdo con ambos teóricos en que el ejemplo clásico de la educación como modelo pasivo y contemplativo está en crisis. Esas expresiones recuerdan a Freire cuando habla de la educación “Bancaria” o la que yo he calificado como “pupitresca”, ideas que se remontan a la antigüedad y que, a pesar de los cambios fenomenales que se están dando en el mundo, en muchas instituciones siguen vigentes por lo que la enseñanza -pero principalmente el aprendizaje- debe cambiar e imponerse con mejores criterios en la realidad que vive el sistema educativo nacional.

En esta etapa de la humanidad, insisto, hace mucha falta que la verdadera preparación intelectual, técnica o científica se base principalmente en el esfuerzo individual apoyado en el auto didactismo crítico y significativo; además, preocuparse por el conocimiento de los educandos pero principalmente por su aprovechamiento en las diversas materias que cursan porque hasta en eso tenemos fallas ya que existen estudiantes que, de 10 materias, en 9 obtienen calificaciones excelentes y, en las que se les dificultan, reciben un castigo que los conduce a la inestabilidad emocional, todo ello por la presencia de maestros que ignoran el aprovechamiento global de los estudiantes y que sólo enfocan su actividad hacia la imposición de la materia que imparten, caso clásico es el de las matemáticas.

            Por otra parte, estas nuevas tendencias implican un costo, a veces bastante elevado, porque los alumnos deben adquirir el ordenador móvil, pagar una renta por internet y  además la cuota escolar.

También tenemos que coincidir en que se está haciendo un planteamiento dedicado a personas que pertenecen a una clase media acomodada, esto es, a los autores de la idea se les olvidan las clases humildes, por lo que me parece irrelevante que estén expresando que puede ayudar esta modalidad a revertir los dos principales problemas de la educación en América latina: las tasas de reprobación y de deserción escolares. Para mí esta última aseveración es totalmente errónea.

            En fin, el uso de las tecnologías es incuestionable;  el ser humano debe ser propenso a utilizar los avances tecnológicos modernos, eso no tiene porqué cuestionarse, pero que resulte ser una panacea, nada más lejos que eso.